Aparte de los ingredientes, se necesita un sartén rectangular con rejilla para horno, una bolsa de plástico especial para dejar reposar el pavo en la salmuera y un termómetro para horno.
Si el pavo está congelado, deben sacarlo de la refrigeradora y dejarlo en la nevera tres días antes para que se descongele completamente.
La pieza de plástico que mantiene las piernas juntas es resistente a altas temperaturas así que es seguro para llevarlo al horno.
En los supermercados se encuentran las salsa listas o sobres para prepararlas.
Si no tienen sal kosher o sal gruesa, usar 1/2 taza de sal regular.
Si no tienen espacio en la nevera, un cooler es una buena idea ó en lugares con temporada de invierno, dejar el recipiente con el pavo en el garaje funciona bastante bien pues está con la misma temperatura de una nevera regular. No se corre el riesgo de contaminación pues el pavo se encuentra en una solución salina que lo preserva.
Si las alas o la parte superior del pavo está menos dorada que las piernas, se puede sacar en los últimos 30 minutos, se le da vuelta al sartén, de manera que las alas queden en la parte de adelante del horno para que se empareje el color.
Si las piernas están ya bien doradas, se cubren con papel aluminio para que no se quemen.
Si no pueden conseguir la bolsa para contener la salmuera, pueden poner el pavo y el líquido, directamente en una caneca o balde muy limpio. No debe ser tan grande ni tan ancho pues la salmuera debe quedar en contacto con al menos la mitad del pavo como se muestra en ese paso.
Si les parece que poner aceite para dorar el pavo es un poco simple, pueden poner a derretir mantequilla sin sal, se agregan hierbas, un toque de jugo de limón amarillo y poco ajo machacado, dejar conservar un poco todo junto a baja temperatura. Con esta mezcla van a estar dándole pinceladas el pavo con una brocha algunas veces durante la cocción.