Poner a precalentar el horno a 320 grados F (160 grados C).

Limpiar bien las costillas, retirar la grasa excesiva y membranas si tienen abajo del hueso. Secarlas con toallas de papel de cocina.

Utilizar las manos o una brocha para poner la mostaza.

Las costillas deben quedar bien cubiertas de mostaza pero no en exceso.

Poner los ingredientes para el rub (condimentos en polvo) en un recipiente, mezclar bien.

Hacer un masaje con las manos haciendo un poco de presión, de manera que las costillas queden bien cubiertas con los condimentos, deben quedar bien adheridos.

Detalle de los ingredientes para la salsa.

Mezclar muy bien con ayuda de un batidor de mano.

En una lata o bandeja para horno, preferiblemente rectagular, un poco honda y espaciosa para que se puedan poner las costillas, de manera que no queden pegadas. Agregar una capa de la salsa BBQ, organizar las costillas con el hueso hacia abajo y poner por encima el resto de la salsa.

Cubrir herméticamente la lata con papel aluminio, de manera que no pueda salir el vapor y las costillas se puedan cocinar de manera adecuada.

Dejar en el horno por espacio de dos horas. Retirar con cuidado el papel de aluminio y verificar que la carne esté muy suave, que casi se desprenda del hueso. Normalmente con este tiempo están perfectas.

Si no están en ese punto, se pueden tapar de nuevo y regresar al horno por 15-20 minutos o más. En este paso también podemos ver si la salsa ha reducido y es suficiente, si están un poco seca, incorporar 1/4 de taza de agua tibia y mezclar un poco.

Si la salsa está demasiado grasosa, se puede poner en una jarra separadora de grasa, de esta manera es muy fácil o se pueden dejar reposar un poco la salsa para eliminar el exceso con una una cuchara. Servir la costilla con buena salsa y arroz blanco o puré de papa y acompañar con vegetales, mazorca hervida o asada o ensalada.