No hay nada como tener un buen plato de sopa caliente especialmente en las temporadas frías. Por estos días mi suegra me dijo que estaba antojada de sopa de arvejas, regularmente se hace con las arvejas secas amarillas o verdes pero recordé que tenía arvejas verdes de las que se consiguen en el supermercado en la sección de congelados. Pues preparé la sopa con esas arvejas y no se imaginan la delicia! Este ingrediente se conoce también alverjas, alberjas, petipuás, guisantes, chícharos, petite peas o sweet peas. Son dulces, suaves y su sabor delicado es realmente delicioso!
Este tipo de sopa es muy popular en los Países Bajos, así como en la cocina sueca, finlandesa y alemana. El ingrediente principal es la arveja o guisante, el cual se machaca hasta hacer una especie de puré. Este es un plato de origen humilde hoy en día muy popular que suele servirse caliente en los periodos de invierno. Existen muchas variedades de esta sopa en los diversos países y las hay de diferentes colores, puede ir desde un verde-grisáceo hasta el amarillo, dependiendo de la variedad de guisante empleada.
La arveja contiene una buena cantidad de vitaminas, nutrientes y antioxidantes útiles para la salud. En su estado natural, es uno de los vegetales más ricos en tiamina (vitamina B1), esencial para la producción de energía, además contiene una importante cantidad de proteínas y carbohidratos, siendo baja en porcentaje de grasas, es una buena fuente de fibra y vitaminas A, B y C.
Por otra parte, su fibra promueve el buen funcionamiento intestinal y ayuda a eliminar grasas saturadas, además de prevenir enfermedades del colon. Proporciona energía que hace permanecer más tiempo la glucosa en la sangre. Tiene un gran poder antioxidante, protegiendo la retina y enfermedades vinculadas a la vista. Es muy útil en los procesos de coagulación de la sangre y en el fortalecimiento de los huesos.
Lo mejor de todo es que para preparar esta exquisita sopa, se necesitan unos pocos ingredientes que tenemos en casa, un poco de cebolla, ajo, mantequilla, azúcar, sal y pimienta, un buen fondo de pollo preferiblemente hecho en casa y las arvejas. Ya para terminar el plato se puede agregar crema de leche o crema fraîche (crema fresca francesa), algunos brotes tiernos de arveja para decorar si están en temporada. Entre más simple mejor, así sea con un poco de mantequilla para servir, la consistencia es perfecta y rinde mucho! Para prepararla, solo hay que seguir el paso a paso!
- 5 cucharadas mantequilla sin sal
- 1/2 cebolla cabezona blanca mediana finamente picada
- 1 diente ajo grande finamente picado
- 1/2 cucharadita azúcar granulada blanca
- 1 cucharita sal
- 1/2 cucharadita pimienta negra molida
- 5 1/2 tazas caldo de pollo preferiblemente casero
- 750 gramos arvejas congeladas (24 oz.)
- 3/4 taza crema de leche o media crema
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Detalle de las arvejas congeladas. No es necesario descongelarlas.
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Poner en una olla 4 cucharadas de mantequilla, dejar derretir a fuego medio. Agregar la cebolla, mezclar.
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Adicionar la sal, el azúcar y la pimienta. Cocinar por 2 minutos.
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Incorporar el ajo. Mezclar y dejar un minuto más.
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Agregar las 6 tazas de caldo, poner el fuego en medio alto.
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Cuando hierba, se agregan las arvejas sin descongelar. Dejar que suelte el hervor y cocinar por 6 minutos.
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Verificar sabor. Dejar enfriar un poco para evitar accidentes con la sopa caliente.
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Agregar 3/4 de taza de crema de leche.
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Detalle del batidor de inmersión o se puede usar la licuadora en función de pulsos.
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Batir o llevar a la licuadora. La mezcla no debe quedar totalmente líquida.
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Regresar a la olla, agregar la cucharada de mantequilla restante y dejar hervir. Cocinar 5 minutos más.
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Servir con brotes de arveja frescos si consiguen, pimienta negra recién molida y un poco más de crema de leche, crema fraîche o media crema (opcional) o simplemente ponerle un trocito de mantequilla.